Aunque nada es tan taxativo en el arte, hay un acuerdo en que la pintura abstracta es lo contrario de la figurativa, ésta última supone la representación de una forma concreta, reconocible.
Según el desarrollo de la técnica, los estilos se han expandido en combinaciones derivadas, cada una con el afluente de artistas plásticos y épocas que han enriquecido el arte en todas sus formas.
En la figura, una obra de la artista plástica Silvia Albuixech, realizada en acrílico, de nombre “Retratos del tiempo III”, de la serie En expansión, que da cuenta de una serie de elementos muy interesantes, por una parte, el objeto fractal, las figuras que sugieren círculos, que sin que esté en el cuadro el observador completará en su mente; ya desde el nombre, esta palabra “retrato”, que implica un instante, un momento y nada menos que del tiempo, ese fluir constante que no se pude detener; luego, las formas abstractas a la manera de maquinaria como si fuera un artefacto que sólo puede verse en la detención de la imagen, en el medio de la expansión.
Vi un libro, muy interesante con las obras de Silvia Albuixech en la Feria del Libro 2018, en el stand de Tucumán; me cautivó la fuerza de las formas y los colores, una variación interesante como de arte cinético, una estética del movimiento que se opone a la noción de “retrato”, de lo estático, del instante, la obra me resulta como un oxímoron, conceptos que se contraponen.
El experimento de la forma y la fluidez del tiempo, como una transformación de tiempo en espacio, me pareció una acertada cosmovisión de la idea del instante temporal.
Luego, la composición entre la geometría y las formas lábiles, una ambigüedad que vacila entre la interpretación de la máquina y la naturaleza, la matemática como un traductor del tiempo, y la oscuridad como el universo secreto.
Esta obra está hecha en acrílico sobre tela, no deja de ser interesante las formas finas y delicadas de las curvas, cosa que no es fácil de lograr con un material tan esquivo, lo que demuestra la habilidad de esta artista en el uso de los elementos.
La delicada combinación entre formas y no formas, insinúa un sistema de cuerdas, de claves musicales que ofrecen esa especie de eco de vacío que provoca pensar en el espacio.
Esta obra fluye por los sentidos de los oídos y los ojos y sin duda convierte en formas esa cosa del tiempo que en esta obra parece esquiva, a pesar del “retrato del instante”, idea que se neutraliza cuando la obra se incluye en una serie llamada en expansión.
Invito a los lectores a mirar con atención la obra de esta artista, Tucumana, con diversos premios y una trayectoria interesante que se puede ver a través de su obra.