Literatura, relatos, crítica literaria, literatura latinoamericana
Nunca más interesante la idea de la imposición de frases sobre asuntos comerciales, la mayoría tiene la idea que la empresa Amazon es líder en la venta de libros electrónicos, e-books, sin embargo, es una frase descontextualizada en un mercado que tiene sus propias leyes, y de las que no hay estadísticas confiables.
De dónde sale la información que relaciona al lector y al libro. Por una parte, las editoriales y librerías tradicionales, además de contar con canales especiales, y confidenciales, no ofrecen información real, sino información que comercializa con editoriales, si la Cámara del libro publicada los títulos más vendidos o tan siquiera la cantidad, no serían más que información de “fe”. Es por ello que las herramientas de análisis de tendencias, o de sitios donde los usuarios participan con sus comentarios o recomendaciones son más fidedignos, por lo menos hasta que las editoriales y librerías comiencen a darse cuenta de que el factor Internet no se detiene en sus trucos publicitarios, el intercambio de lecturas reales no está sujeta a las conveniencias del sector.
Luego , hay un factor, que precisamente debido al nulo intercambio de datos entre empresas editoriales, no se indica, es que decir que alguien es líder, debe tener un numero comparativo, por ejemplo, si tuviéramos el dato total de libros digitales en venta, en los distintos medios y el porcentaje que las ventas de cada editorial implica, entonces tendríamos un indicador de liderazgo, llevado ese métodos a las opciones de mejor vendido, leído, comentado, la cosa no sólo se complica, sino que deja para la publicidad afirmaciones de esas premisas.
En los diarios los más vendidos son los que las editoriales informan, y ni siquiera el autor conoce ese dato de sus propios libros, son número por conveniencia comercial.
A todo ello se le agregan sesgos de clasificación, literatura latinoamericana, literatura femenina, literatura new age, policial, ensayo, infantiles, etc.
Es por ello que un método un poco mejor, es cuando el libro es comentado, ya no sólo la tapa y el clic, ni tan siquiera la reseña, algunas editoriales se han subido rápidamente al método de solicitar comentarios a críticos, escritores o referentes del medio, y es un poco la acción que realizan los bloggers, cometaristas de libros, aunque hay sonados casos que de tener una presencia importante, y una participación masiva de usuarios que aportan al proceso de comentarios de libros se “vendieron al oro” y ya son empresas de venta y publicidad, dejando de lado el capital precioso que aportaban los lectores.
Ese tipo de “conversión”, nos lleva a los comentaristas de libros, per se, a retacear lo que antes hacíamos con gusto; particularmente no me molesta que el autor se beneficie, ni tampoco el sitio o dueño del medio, lo que sí molesta es que con la idea de la comercialización ya se establece la duda sobre la honestidad de los comentarios, si ya conocen el caso de Anika …, comprenderán los conocedores a lo que refiero.
En el particular, soy comentadora de libros y separo la idea de la recomendación, una cosa es escribir sobre un contenido, es sus aspectos literarios, en sus recursos, en la escritura, y otra en el placer de la lectura, sé que parecen lo mismo, pero en mi caso no es así, hay libros que me gustan por sus procedimientos, pero no me interesan en temas y estimo a quién recomendarlos según ese sesgo, otros me gustan cómo están escritos, pero tienen muchos errores, incluso de ortografía, y eso los arruina, otros cuentan con una interesante idea que se cae por cómo se llevó adelante los recursos de escritura, en otras palabras: hay matices; y a esta altura, un libro que me merece el comentario de malo, directamente lo abandono a las pocas páginas y ni siquiera lo menciono, de manera que hablar sobre libros, no es sólo recomendarlo, sino hacer notar aspectos que pueden interesarle a los que les gusta leer comentarios de libros, y yo particularmente soy de esas, me gusta leer comentarios de libros, y por lo mismo tiendo a creer que hay otros por ahí que degustan el mismo vicio.
De cualquier forma, buenos o malos, lo líderes en venta son los libros en papel, la imposición del e-book le quedará, pienso a la generación nativa tecnológica, un rubor que compite con muchos otros entretenimientos, ya que la lectura virtual modela un lector un poco diferente, un lector fragmentarios, distraído, que comparte el estímulo de la lectura con la imagen, el sonido, lo lúdico, vaya a saber qué nuevas propuestas literarias salen de ese menjunje. Por ahora, una de las mejores que vi, es una aplicación que sobrepuesto el móvil sobre las páginas del libro permite ver a los personajes el movimiento. Fue hermoso, pero adhiere a lo que sostengo, la distracción del movimiento, del dispositivo, de la elisión en una trama por ver el efecto modelan un lector nuevo.
