El libro de Liliana Bellone, En busca de Elena, pone en cuestión la memoria como apoyo a la representación de elementos de la narrativa, con un parentesco ligeramente Macedoniano, donde elementos de la escritura, el Metatexto, el Lector, el Escritor, explota la diferenciación entre alegoría, crónicas, aguafuertes con observación particular en un anecdotario de época en el que el espíritu literario inicia su camino hacia la modernidad, sobre todo con el último texto del libro, “La reunión de lectura” el énfasis en la obra paradigmática, Don Quijote de la mancha y la intervención del personaje de Cien años de Soledad, de Gabriel García Márquez, Arcadio Buendía, y su doble, el coronel Aureliano Buendía, aquel fatídico día del pelotón de fusilamiento, como puntos de anclaje entre textos trascendentes de aquello que comenzó como la aventura de un viejo que leía novelas de caballería, y su posterior encuentro con el escenario de lectores entre dos momentos literarios como consecuencia del transcurso literario.
La cosmovisión planteada en estos relatos da cuenta de una realidad, una sociedad y una cultura iniciática de la literatura actual. Compuestos de percepciones, nombres de la literatura, conceptuaciones que tienen su referente en el recurso de la fragmentación como modo de contar el mundo.
Los textos de este libro, recorren, no sólo nombres de escritores importantes y la interrelación social entre ellos, convenciones de narradores y formas narrativas, sino que conforman una escritura y lectura como espacio analítico de estructurar el relato.
Los diversos procedimientos narrativos dan cuenta de un nominalismo, la doctrina filosófica de la particularidad, no hay nada general, hay nombres, por lo que los narradores establecen un sistema que gira alrededor de autores, tal como la teoría de los seis grados, en la que se pone en escena la situación de llegar desde un nombre –escritor, artista- a cualquier otro, en la voz de los arquetipos: el Poeta, el Novelista, el Arqueólogo, como en el primer cuento que da nombre al libro “En busca de Elena”; donde los narradores se encuentran en un ámbito de espacio y tiempo que se resuelven como únicos en tanto la reposición de los relatos particulares, coincidentes entre sí como forma de conjugar la verosimilitud; un método para desarmar la cuestión del recuerdo en relación a la verdad, tomada en su sentido histórico.
Estos relatos ponen énfasis en los intereses de la autora, que de este modo potencializa el proceso de lectura relatándolo, convirtiéndolo en materia de escritura.
El espacio geográfico, Tucumán, no es meramente nominativo, hay una cultura que conforman los relatos: la oralidad, que convierten el paisaje en un elemento de entorno e identificación; la reposición de mitos y versiones que por momentos adhiere al lenguaje popular el materialismo intelectual; el che, del relato “Encuentro argentino”; la presencia de animales típicos: vicuñas, cóndores, en “Tríptico del arte”; pistas, señales del lenguaje en donde el clima de época –y la mención de la palabra época-, se instala como tema, el devenir del tiempo en el sentido de crónica, parece una conclusión, sin embargo, el artificio es ambiguo, ya que la inherente característica de la secuencia temporal se ve permanentemente intervenida por la digresión del recuerdo, como les ocurre a los narradores de “En busca de Elena”.
Los textos de este libros llevan la voz de narradores que conforman un nexo integrador entre el procedimiento para contar, el recurso y lo contado, al estilo de crónicas, en lenguaje directo, por momentos periodístico, que asume el propósito de evocación compartida como vehículo entre el lector y el narrador, un sistema de socialización explícito, típico de la narración oral.
El texto de este libro tematiza el escenario de la escritura y ficcionaliza el lector que todo escritor imagina, configuran la crónica del género, la prefiguración de un texto, el modo en que la reflexión sobre el tema asedia al autor, los posibles narrativos y los efectos imaginarios, la textura encuentra sus referentes entre nombres, sucesos inmateriales, casi ensayos de un escenario literario.
Liliana Bellone, narradora, poeta, crítica literaria, ensayista, Salteña, con obra diversa en su haber, nos entrega este En busca de Elena, editorial Nueva Generación, texto que revela sus genealogías literarias y ofrece un merecido homenaje a autores que apoyan la propuesta de esta nueva forma de narrar, el lector salteado Macedoniano, el espíritu de nuestra época en la reposición de relatos que han transitado las letras Argentinas.