En otro país no se consigue. Sorprende al mundo la corrupción de Macri, sobre todo porque sigue en su puesto en vez de ir preso o al menos renunciar.
En otros países, las causas de Macri son inauditas, sobre todo cuando él con el discurso de la “verdad”, es delincuente confeso y con buena intuición eso bastó para que lo sigan apoyando.
Hay algo extraño en la gente que no asume que todo ese dinero es robado de sus propios impuestos, las deudas que se condona, los dólares que saca del país, las inversiones que no hace él mismo. Además de que es nuestro dinero, hay un efecto colateral: si el hombre que conduce el destino económico de este país, el que toma las decisiones o confía en sí mismo y no sólo no invierte, sino que por el contrario licúa sus inversiones sacando su dinero del país, dinero que no puede demostrar cómo hizo, cómo va a tener moral para pedir a otros que inviertan.
Estamos encerrados en una lógica del fracaso.
Ningún inversos va a caer en esa trampa, y los que aparecen en los diarios que sí, no tengan ninguna duda que es porque les prometieron algo más, algo que tendremos que pagar nosotros.
Hemos vuelto a perder como país, y lo más duro es que siguen con los mismos discursos falsos, spot publicitarios mediante, que fijen que todo está bien.
Ya no podemos decir que no sabemos qué pasa, ahora lo que hay es un desbarrancamiento hacia la carrera de “pertenecer”, corren hacia Macro los que no se quieren perder la tajada de la torta, ya saben que tienen al menos 2 años para saquear, cerrar sus deudas económicas y con la justicia, borrar todas la huellas y comprar la impunidad.
La voluntad de democracia, de bancarse la elección está y Macri lo sabe, no tiene problemas en decir la verdad, está protegido por fueros, mientras hace todo lo posible por hundir a la que culpa de todo y no tiene fueros.
El pueblo es realmente ciego, no extraña que los hayan votado los ricos, lo que extraña son los pobres, y los gremios traidores cuyos dirigentes se llevaron su parte y el pueblo que aguante.