En qué se parecen De la Rua y Macri, en algunas situaciones de sus discursos que los colocan en posiciones incómodas, pero que su entorno supo convertir en alguna especie de ventaja.
Para de La Rua, fue la percepción del público del pobre orador que era, bajo el adjetivo de aburrido, luego de la época del champagne con mortadela, como se definió la era Menemista, la personalidad serena de de La Rua que se percibía como aburrida, se tomó como un spot publicitario que los astutos del marketing supieron aprovechar.
Luego se demostraría que tal cualidad, no era una calidad en las medidas de gobierno, desembocando en la huida dramática de De La Rua en el famoso helicóptero.
Macri invocó el mismo fenómeno, contrarrestando el factor que, según sus analistas, irritaban a la población, el exceso de Cristina en insistir con las cadenas nacionales, las que con conveniente prensa local, se convertían en adoctrinamiento en vez de explicaciones.
Una cosa quedó clara, nuevamente el marketing venció el discurso y creó un sistemático rechazo a las explicaciones, que sin tamaña campaña hubieran servido para esclarecimiento de las políticas de la presidenta.
La campaña en contra se ocupó de relacionar las largas explicaciones al adoctrinamiento histórico que con el mimos método, tanto en Cuba, de la mano de Fidel Castro, como en Venezuela de la mano de Chávez, operaban como discursos hegemónico; sin que el pueblo argentino percibiera que justo que la misma prensa pudiera intentar tales relaciones con sus publicaciones tendenciosas, eran un signo de que tal cosa era inexistente.
Macri, se prensentó como un candidato sereno, sin la retórica de la presidenta, y con aspecto relajado.
A cuatro meses ya en su puesto de presidente, pronto mostró que la postura, no era sólo campaña, sino una característica, personal, el presidente sigue con promesas de campaña, prometiendo lo que nadie ve; cuando los votantes esperaban que estando en un punto crecer, se ve un país que ha retrocedido para peor, en todos los ámbitos que impactan en los más pobres y que los ricos se hacen cada vez más ricos.
Las expresiones del presidente, tal como De La Rua, se diferencian de aquellas en que el presidente intenta ocultar su ignorancia, nunca se lo verá hablando de temas, ni de datos, sino repitiendo discursos de supuestas mejoras y reconvenciones con la unidad, alegría, y tranquilidad que parecen más un chiste que un discurso.
La situación, cada vez más enojosa para los que sufren el desguace del país, se vuelve bizarra a medida que pasa el tiempo.
En el medio de medidas controvertidas en desfavor de un pueblo que está empezando a sufrir el hambre y que está hundiéndose en la pobreza a pasos agigantados, mientras la prensa cómplice intenta tapar la situación, así como los canales de TV organizados para explicar acciones de Macri que no se ven, pero que se prometen para un futuro, el propio Presidente emite conceptos que ya han superado las torpezas de De La Rua e incluso su aburrimiento.
La frase de antología: “El kirchnerismo ocultó el empleo creando empleo” es un emblema de las frases con que cree echar tierra sobre un gobierno que no ha dejado de recibir el amor y agradecimiento del pueblo.
La presencia de Cristina Kirchner, se engrandece con estas declaraciones de Macri, que por una parte son de ignorancia en el análisis de un discurso y que por otra muestra la incapacidad de este presidente de medir lo que dice, lo que hace y lo muestra como una figurita decorativa manejado por los intereses empresarios, lejos del pueblo de los recursos que se requieren para gobernar un país, Macri desbanca rápidamente la figura de De La Rua, para ser el presidente que más daño le ha provocado a la república en el menor tiempo de la historia de los mandatos presidenciales.