El sueño desciende vertical, desecha la bruma, se oblonga y reasume, se desliza dentro de mí, se transforma en voces que conforman palabras que se alinean, mientras un olor a algo grato y conocido me atraviesa; el sueño muta las distancias, las descompone, llega hasta donde estás con tus sonidos, revienta y me arrojan al preciso momento en que tu voz con una cara casi ajena, me sonríe, vos y tu reflejo en el espejo, tan real.