En este poemario, de Nicolás López-Pérez, las variaciones de escritura, desde el título, instituye el sintagma alrededor del cual se desarrollará un diseño estético que trascenderá la dimensión literaria. El texto crea-propone-revela –la tríada no es inocente– una teoría literaria, física, geométrica, reformula el diseño como de una partitura cubista, con influencia de textos de ficción y una búsqueda que atraviesa el peso del pensamiento poético de décadas, para confluir en una propuesta artística y nociones que mixturan las formas para proponer formulaciones de la realidad, del tiempo, de acciones y un estar en el lenguaje.
Comienza con un epígrafe:
Me interesó mucho esta referencia del poeta peruano Verástegui (1950-2018), por la descripción, tengo asociado a este poeta con el mexicano Salvador Elizondo (1932-2006), al modo reflexivo, como refiere Severo Sarduy del tipo escritura que tiende a la objetivación de la descripción, un detalle de una construcción mental y escritura en código de écfrasis.
Por una parte, una característica de la grafía en la escritura de Nicolás López-Pérez, el rectángulo perfecto en el que circunscribe sus textos – interesante morfología que lleva al extremo en su obraEscombrario, que recomiendo leer y de la cual escribí un artículo en la revista Metaliteratura–, la estructura rizomántica es también el efecto fónico que comparte con la literatura de Elizondo.
Se reconoce en Tipos de triángulos la búsqueda de un componente esencial, entre los elementos de la realidad y la relación con el tiempo.
El tiempo no como una línea, sino como parte de todos los instantes; se tocan entre sí; nada queda fuera de los tiempos en que se transcurre. Idea inquietante que expone el momento, como formas equidistantes, donde el arriba y el abajo constituyen indicio.
El texto se produce entre diversos formatos, prosa, poesía, gráfica, en torno a la idea del triángulo como forma de rizoma simple.
El texto se divide en Partes, cada una de las cuales se representa con el adverbio de tiempo.
A la vez exhibe procedimientos autónomos; se significa por sí mismo como un sistema incesante, se gesta en el dibujo o caja en donde inserta relatos, y revela la vocación literaria. El sentido de continuidad estará dado por la repetición de la forma y el extrañamiento como conductores de la mirada del escritor.
Los textos parecen desembocar en hallazgos que forman un pasaje que constituye la propia épica literaria y que transcurre transversal, en función de lo que define éste proyecto: el experimento del tiempo, el instante como una red de sentido celularia que se construye por interacción de las unidades de sentido constituidas en cada poemario.
En este texto se oyen ecos sobre otras poéticas que se ponen en tensión como núcleo generador de una escritura en aparente deriva por el escenario del manuscrito mismo.
Pag. (25)
Conforme con la doctrina fundamental de un sistema, que puede ser político, religioso, pero que muestra una dualidad permanente; la sugerencia sobre el poder de la escritura a los ojos del lector –o interlocutor–, y una afirmación o reflexión, ya no hay tiempo para estudiar la naturaleza o formación de rocas, ya no hay espacio para Platón y su caverna; vivimos la era de la sospecha en donde es la escritura misma la culpable de perder la realidad. Podríamos conjeturar que se habla del sistema religioso (ortodoxia), al que se pone en cuestión como productor de sentido en una realidad que ya no parece poder definir.
Entre los tipos de triángulos: el instrumento musical, de percusión de metal, del grupo de los idiófonos donde el sonido resultante es efecto de la vibración del metal tras ser golpeado con la baqueta de acero, doblada en forma de triángulo.
Según la clasificación de Hornbostel-Sachs, el instrumento usa su propio cuerpo como materia resonadora. Produce el sonido, sin uso de cuerdas, membranas o columnas de aire.
Así repercute la fónica de éstos poemas, con sus propios sonidos.
La poética de Nicolás López Pérez, suele encontrar referentes en sus lecturas, “tanto te he escrito que pierdes tu realidad”, idea que remite al poeta Robert Desnos, quizás de la escuela surrealista, o por lo menos de sus orígenes; En traducción de Ada Sala y Juan Abeleira al castellano, se lee así:
«He soñado tanto contigo que pierdes tu realidad. ¿Aún es tiempo de alcanzar ese cuerpo vivo y de besar en esa boca el nacimiento de la voz amada? He soñado tanto contigo que mis brazos acostumbrados, de tanto estrechar tu sombra, a cruzarse sobre mi pecho, no se adaptarían al contorno de tu cuerpo, quizás…»; los experimentos intertextuales son profusos y nos sumergen en una vorágine que exhibe el amplio e interesante espectro de texturas literarias de autores que enriquecen esta poética.
Los recursos poéticos de fónica, como fractales de sonidos, son abundantes, la figura estilística del epánodo, que luego se desarrollará en el poema.
El texto se presenta en fragmentos, como si fueran cuadernos de escritura que constituyen, en sí, una pieza artística. Además de las notas que suponen aspectos de su vida personal, contienen una extensa producción de dibujos –huellas del arte pictórico, cuya geometría básica es el triángulo.
De origen inglés, atender a la fónica “Hocus-Pocus”; sustantivo; tipo de palabras cuyo significado determina la realidad, los sustantivos son objetos, personas; palabra que apela a un conjuro mágico, equivalente al “abracadabra” español.
La escritura le da cuerda al escritor, que suscribe sobre la escena que detona. “Tapacanto”, canto: Composición lírica, genéricamente hablando; también extremidad, punta, esquina, remate, borde del cuerpo; corte del libro, opuesto al lomo. Tapacanto por momento, oxímoron, dos ideas que parecen contradictorias o el elemento funcional con que se protege el borde de mesas, un protector del filo o protector del filo; las ambigüedades funcionan en ambas direcciones. La construcción de palabras dobles (ultraortodoxia), es usual en la obra, como en otras del autor, que acuña, con avidez, palabras que denotan una reflexión irreverente y la compleja percepción de fuerzas determinísticas que mueven el mundo e imprime la visión plástica entre temas dentro de conceptos contrapuestos.
Mientras el triángulo de adverbios de tiempo es equilátero, el triangulo de las acciones es isósceles.
Florecer, arista base sobre el que se yerguen pensar e imaginar, el punto de encuentro, el vértice. Forman una flecha que apunta hacia arriba (pag. 55).
Fragmento de Imaginar:
Desarrollado en secuencias numeradas, a manera de un storyboard cinematográfico aplicado a reflexiones sobre el destino imaginado o cartografía del futuro.
Se lee en correspondencia con la formación de teoremas, campos de la organización numérica, como deslindando sugerencias por afirmaciones consecuentes unas de otras, axiomas matemáticos. En este punto me remite a Hyperion, un mundo más allá de los mundos, texto de CI FI, que se enfoca el desplazamiento de credulidades, últimos días de la religión como sostén de la existencia, el átomo se involucra como una especie de verdad ineluctable.
El texto se desplaza por muchos otros tipos de triángulos; este texto introspectivo, revela una búsqueda estética, métodos y símbolos, nuevas formas de dar cuenta de una realidad con un particular punto de vista, una conciencia arte-vida-reflexión, triángulos, figura estable que sin embargo se instaura en coordenadas de espacio, tamaño, arriba, abajo, en perspectiva, señales compuestas; le dejo al lector la curiosidad para analizar este paulatino efecto de incorporar el arte del dibujo, en los cuales el resto del poemario transcurre, entre otros indicios.
El desarrollo del poemario respecto a la representación de los diferentes escenarios del discurso escrito, se traduce en la idea de inmersión en una conmoción de sistemas de representación, no es una propuesta sobre el derrumbe de una poética como definitiva; por el contrario, suma una perspectiva que involucra los sentidos, lo visual, doctrinas preconcebidas como el arriba y abajo; sucumbimos a la idea del carácter provisional y transitorio de las formas de producción de sentido con un efecto que permea gran parte de la producción artística y la literatura de nuestro tiempo.
Pag. 129.
El arroba (@) con que separa cada párrafo, símbolo conocido e imprescindible en nuestros días tiene origen en los copistas medievales, que la utilizaban como una forma de simplificación; en la Edad Media los libros en latín se copiaban a mano, y los copistas utilizaban la @ uniendo una “a” y una “d” para formar la preposición “ad” que significa “hasta” o “hacia”. También se encuentra una referencia en que deriva del árabe ar-rub, que significa ?cuarta parte', ya que, aproximadamente, durante el siglo XVI se empleaba como medida de peso y volumen de la mercancía tanto sólida como líquida. Cuatro arrobas formaban una unidad mayor conocida como quintal. Aunque en la actualidad invoca la estética de la época, sugiere un intercambio de mensajes, ya sea por mail o por red social Twitter, signo de un ciclo. La tecnología nos impone una mirada diferente, Jean Cocteau decía: “[…] todo cuando nos descubra «bajo una luz que nos sacuda la modorra, las cosas sorprendentes que nos rodean y que nuestros sentidos registran maquinalmente, es poesía»”. El poeta poetiza las obsesiones que nuestra época imprime en la concepción de la realidad. Los signos con que Nicolás López Pérez nos presenta sus textos suelen abrevar de fuentes históricas, filosóficas, científicas, las referencias se encuentran a lo largo de su poética y en sus diferentes obras. La problemática de la escritura se hace presente, el escenario de la escritura denota la preocupación por conceptualizar la estética de nuestra era.
Pienso en este texto en relación con Metaliteratura &CO, aunque se publicó posteriormente, como asistiendo a la construcción de un perfil de escritor, que está transitando la construcción de una poética propia, singular, reflexiva sobre dispositivos de la literatura que aún no se han explorado y que me hace pensar en el autor como un Flaneur de la literatura.
Me dejé tentar por algo que ya comenté sobre Metaliteratura &CO, los “escapes” de los textos de este escritor, a otras formas y poéticas, los códigos Qwerty, que nos instan al cambio de medio, como una forma de integrar los mundos en los que la tecnología nos impacta.
Habiendo otros, que podrán descubrir los que lean Tipos de Triángulos, co-edición entre Astronómica, Chile y Metaliteratura, Argentina, se vende en Amazon, invito a los lectores a acercar el celular a la siguiente imagen:
Ana Abregú.
Nicolás López-Pérez (Rancagua, Chile, 1990).Poeta, traductor y abogado. Ha publicado en poesía: las plaquettes Geografía de las geografías (Chile, 2018) y Coca-Cola Blues (México, 2019), el objeto de reacción literaria Escombrario (Chile, 2019), los artefactos La violencia creadora y El sol ciego(Chile, 2019 y 2020) y los libros Tipos de triángulos(Argentina, 2020), De la naturaleza afectiva de la forma (Argentina/Chile, 2020) y Metaliteratura & Co. (Argentina, 2021).Traducciones suyas han sido publicadas en las revistas Saposcat (Chile), Poesía (Venezuela) Metro arte+literatura (Chile), Otra iglesia es imposible (Argentina), Lenguaje Perú (Perú). Entre 2018 y 2019 cofundó y codirigió la revista & microeditorial de nueva poesía latinoamericana Litost. Actualmente: coordina el laboratorio de publicaciones Astronómica; administra la mediateca de poesía La comparecencia infinita; colabora en la revista de literatura latinoamericana Metaliteratura; hace crítica literaria en el Diario Cine y Literatura; escribe, traduce y hace coleccionismo de ocasión en su blog person