Se dice que vivimos en la era de la formación continua y es verdad. Sin embargo, ello no debe angustiarnos, al menos si pensamos erróneamente que aprender de manera permanente implica siempre invertir excesivo tiempo y esfuerzo. Porque vivimos en la era de internet y, por extensión, de los cursos online. Seguramente ya nos hayamos dado cuenta de lo fundamental que es la conexión a internet para aprender desde casa mediante modalidades flexibles y compatibles con nuestro trabajo, ya que, de hecho, teletrabajar y estudiar desde casa han sido consecuencias directas del confinamiento ocasionado por la pandemia de la COVID-19. No obstante, con o sin pandemia, la realidad es que el ritmo de vida, especialmente en trabajos físicamente agotadores como los del sector de la construcción, resultan fundamentales.

Así, es posible que un albañil titulado y con años de experiencia a sus espaldas decida mejorar su currículum y sus conocimientos básicos. Dispone en la red de muchas maneras de hacerlo; por ejemplo, acudiendo a un curso de albañilería de 20 horas. Esta primera opción es la más lógica, ya que sirve en general para afianzar y repasar conocimientos ya adquiridos, o tal vez profundizar en ellos. En definitiva, convertirse en un profesional de su campo específico todavía más cualificado. Otra opción, no obstante, es la especialización concreta, que en el caso de la albañilería puede implicar aprender a trabajar con materiales concretos. Para ello existen opciones formativas tal eficaces como un curso de 20 horas de estructuras metálicas online.

Hay, sin embargo, muchas otras alternativas. Hemos hablado de perfeccionamiento y especialización, pero la tercera alternativa es la diversificación. Es decir, aprender a manejarse en otro campo diferente para transformarse en un trabajador más versátil y acceder a más ofertas de empleo en proyectos de toda índole. Por lo tanto, ese mismo albañil tiene la posibilidad de realizar también un curso prl de pintura online, o incluso atreverse con los fundamentos básicos de la fontanería y la electricidad. Todas estas posibilidades son igualmente interesantes y, lo más importante de todo, asequibles y adaptables al rendimiento de trabajo habitual y los horarios laborales más estrictos.