En artículos anteriores, comenté sobre obras de arte que contienen huevos de pascua, una sorpresa, algo escondido; el término huevo de pascua se ha difundido en Internet y refiere a sorpresas, chistes, videos, animaciones o cosas escondidas en los sitios webs, que algunos buscadores empedernidos de mensajes ocultos se dedican a explorar.
El método es también aplicado a otras formas de arte, escultura, pintura y desde que el arte es arte, es también arte encontrar estos detalles, hallazgos que resignifican una obra y hablan del artista, más que de la obra; mensajes por momentos políticos, religiosos o simbología personal de los artistas plásticos que dejan una señal que algunos piensan que interpretan como su autor.
Hace unos días, comenté sobre la propuesta de Bansky, cuando decidió destruir su obra La niña y el globo, en cuanto el cuadro se vendió en una subasta de Shoteby, el gesto, impresionó a la comunidad artística como uno de los más controvertidos, muchos lamentaron el suceso, la obra, ahora destruida y filmada para el mundo entero, se vendió en casi 1 millón de libras.
El gesto de dejar una señal traspaso los tiempos y al artista, ya que queda para interpretación de las épocas el mensaje del artista.
Dentro de estas obras que portan, como equipaje, interpretaciones simbólicas, podemos mencionar “El tapiz de Bayeux”, un lienzo bordado que se encuentra en un museo de Normandía, que relata la batalla de Hasting, el tamaño original es de 69,55 m de largo, 50 cm de altura media y un peso aproximado de 350 kg.
En el detalle de la imagen que acompaña esta nota.
Sobre el tapiz ruedan historias que vacilan en otorgarle autoría, unos indican que fue realizado por la Reina Matilde y sus damas, pero la uniformidad del trabajo deja duda sobre ello, otros le otorgan autoría al arzobispo de Bayeux, con el objeto de ornamentar la Catedral de Bayeux, como fuera, lo que se especula que hay oculto en el cuadro indicios que revelan que ninguna de las autorías es tan concreta, ya que la forma en que se muestra las flechas que atraviesan el ojo del rey, son en realidad agujas que entretejen historias; el ahora ojo independiente del rey, viaja de historia en historia atravesando las escenas, tal como el espectador o el mismo ojo del creador, o creadores, de la obra.
Con una puntada, admiten algunos, el ojo del observador y el ojo del artista realizan el mismo movimiento, acción que lleva por la escena como si el que hubiera diseñado la obra tomara de la mano del observador y le contara la historia.
Los relatos de batallas o de acciones previas a ellas, son un modo publicitario de presentar victorias, está en arte y la forma del relato el modo en que llega al espectador el que construye la interpretación.
De cierta forma y la elección del paño y la técnica, tela e hilo, es también un mensaje, las formas de las flechas dobladas, una rendición del arma ante el objetivo, en ocasiones las flechas parecen rielar, efecto del paño o intención de la artista.
Son cuestiones que siempre se discutirán a la luz de las interpretaciones sobre la realidad de los relatos que cuentas estas batallas épicas.
Se sabe que lo bordaron mujeres, cuyos nombres no son recordados en la historias, así como la persona que lo encargó, sin embargo el arte se impone al olvido y habrá muchas más interpretaciones a la luz de las realidades de la batalla, según quien relate el resultado.
Por encima, el arte cuenta sobre la exquisitez e intención de las artistas.