El arte es porque sí, es la afirmación pretérita, pero efectiva; las expresiones de definición del arte choca con las épocas, con los estilos, con los artistas plásticos, pero como siempre, el arte resiste todo intento de significación precisa.
El arte es una forma de ver, una forma de vivir o un estado de ánimo, el arte útil es una tendencia, como otras las que ha transitado la definición.
Las adjetivaciones que se corresponde con el arte es infinita, pero no ser útil, no es una de ellas.
El arte útil es tan antiguo como la mirada misma, baste ver las grandes obras de arquitectura desde milenios, como por ejemplo la Esfinge, en Egipto, no se puede negar que es un referente importante del arte egipcio, el enigma es parte del encanto, el arte enigmático, podría llamarlo, sin embargo, no califica a la obra ni siquiera a falta de nombre.
Para qué sirve el arte, entonces, no sirve para nada. Es una antigua pregunta, para una pregunta sin más respuesta que: el arte es porque sí.
La palabra se fuga, en sentido y aplicación, los artistas no tienen por qué justificarla, de eso se encargan los demás, los que lo aprecian, incluso.
El juego entre arte y no arte, es infinito, e inevitable, baste ver lo que ha provocado el arte sacro, de quien los laicos no reniegan, a pesar de lo que significa.
El arte sacro en exposición a la vista de su público, en las grandes iglesias, monumentos religiosos, fueron en su tiempo un símbolo de poder, de magnificencia, el arte construye una realidad alternativa, impacta en el espíritu, sin él, la religión no hubiera avanzado como lo que es hoy: la prueba de que el arte hace al poder, tanto como el poder hace al arte.
Sin las extraordinarias obras de arte religiosas, el poder de la iglesia no sería tal, aunque fuera una especulación contrafáctica, pues no se puede demostrar lo contrario, sí se puede indicar que es una situación que se ha repetido en el planeta, desde los tiempos antiguos, en la eficacia del arte para impactar espíritus sensibles se ha basado el poder, no sólo económico de las religiones, sino también el poder político.
El arte es más perdurable que otras experiencias sensoriales que vive el ser humano, es la historia misma de la humanidad.
Las ideas sobre el arte, la ejecución, supone una disposición del artista imbricado en su época, sensible al mundo que lo rodea, al pasado, y a la perspectiva personal.
La estética de los años han cambiando, desarrollan estrategias de lenguaje artístico y la comunicación de la época en que le toca expresarse.
La arquitectura, sigue teniendo la cualidad de discutir entre la utilidad y la experiencia artística, a pesar de ello, no ha hecho ma´s que demostrar que el arte es indispensable, que rodearse de arte, viviendo en él, incluso es parte importante de la vida, en todas las funciones.
El arte se apropia del espacio, del espíritu, de la iconografía popular; la integración y el desarrollo del arte, es parte de la rebeldía de los artistas que toman los elementos de que disponen y revierten la forma de verlo, abren el mundo de significados de lo que pueden convertir en arte, en nosotros queda el comprender la obra, en llevarla a nuestro mundo de significados, aceptarla, disfrutarla, y en todos los casos, neutralizar nuestra propia realidad.