Si algo ha expuesto la situación de pandemia es una voz en conjunto que las inmobiliarias locales e internacionales debieron prestar atención: cuidad para las personas.

Tanto inversores como dueños comenzaron a mirar la ciudad desde otros puntos de vistas, exigen una ciudad que permitiera sistemas de protección para la perspectiva inédita que planteó la pandemia. Comenzó a circular un motivo preferencial, aparentemente contradictorios entre sí, primero: espacios para aislamiento; segundo: centro de salud cercanos.

No todo estaba fuera de los deseos de las nuevas consultas, por otra razones, pero siempre pensando en el saneamiento ambiental y con la propagación de nuevos hábitos, como el trabajo en casa, inmobiliarias desarrolladoras, en la Zona Sur, implementaron proyectos residenciales que vino a mostrar su mejor perfil ante la coyuntura del presente: residencias vacacionales.

Esta nueva localización proveía aspectos en los que las urgencias de la situación no tuvo en cuenta: proveeduría, esparcimiento, servicios; todos aspectos que ya estaban implementados en las nuevas zonas de edificación, que vino a cubrir aspectos ideales para una situación que se escapó de las manos de toda prevención y de la visión de un nuevo concepto de ciudad, que si bien tenía en cuenta los procesos de deterioro ambiental, también daba solución a planteos que ya formaban parte de las condiciones de los proyectos de urbanidad en el mundo: materiales no contaminantes, estrategias de tratamiento para la reconstitución del capa de ozono, espacios de confluencia familiar, servicios de hotelería; en otras palabras un valor que, debido a la pandemia, comienza a sumarse a las necesidades de una nueva realidad: la regeneración urbana.

Ese factor se tuvo en cuenta para la inclusión del ítem entre los nuevos impulsos que, desde el sector inmobiliario, se impulsa para testear la calidad de las nuevas perspectivas del negocio, tan es así que en los premios de Asprima-SIMA, esponsoreados por importantes empresas como Toshiba, Fotocasa y otras empresas que promueven la habilidad de las inmobiliarias en generar y sostener el negocio, se premió en la categoría a: Mejor iniciativa en regeneración urbana, al Proyecto “Una ciudad para el futuro, una ciudad para las personas”, a la Ciudad de Lisboa, “por la continuidad y visión de largo plazo de la estrategia de regeneración urbana de la ciudad, la combinación de intervenciones con distintas escalas, y la implicación de la iniciativa privada”.

Entre los rubros usuales, el marketing se destacó, el año 2020 se presentó como un desafío e impulsó la maquinaria, lenta hasta entonces, de involucrarse en los medios virtuales, en estrategias de difusión, para un sector en el que había resistencia, los negocios virtuales.

Las prevenciones no eran vacías, junto con la inclusión del método virtual, crecieron los métodos de fraudes que ponían al negocio inmobiliario en una posición frágil de defensa. El virtual, un medio que parece dominado por influencers o personal que no requiere formación como agente, estaba tomando como elementos de competencia, frente a la formación en un negocio que funciona desde hace años bajo políticas y estrategias propias de un producto al que la gente necesita conocer en presencia, o al menos gran parte de los clientes.

La apertura del negocio hacia la apuesta internacional que provee los medios virtuales, mostraron sus ventajas, pero la mayor, es la posibilidad de utilizar la herramienta frente a esta coyuntura peculiar que ha provocado la pandemia.

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