Literatura, relatos, crítica literaria, novelas, literatura latinoamericana
Hay novelas de las que se oye hablar toda la vida, pero sabés que nunca leerás, aprendés a convivir con ese texto inexistente, físicamente, pero presente en la memoria activa de las lecturas que te llevan a la literatura.
Ese texto, inexistente, existe, tiene título, y cuando un texto tiene título la existencia toma aristas dentro de géneros peculiares.
En mi lista de libros inexistentes lo tengo al Finnegans Wake, de James Joyce, un libro del que siempre se ha dicho que es la obra maestra de la literatura, después del Quijote, pero difícil de entender, también dicho. Cumple con las características del texto inexistente, se dice por qué, es experimental, se dice que es difícil, dos cualidades que parecen oxímoron, cómo va a saberse que es una obra maestra, si la dificultad es una característica que nunca se ha asociado a las obras maestras, pero muy pocos lo han leído, y con leído me refiero a caracterizarlo, no a tenerlo en las manos y mirar lo escrito.
Este libro inexistente no está al alcance de lengua española, y parece que ni aún así, si no viene con el manual de instrucciones de lecturas con sus lectores anteriores, no es posible aprehenderlo.
Sin embargo, como suele ser la fama, no se basa en sí mismo, sino en el antecedente, del mismo autor, Ulises.
El Ulises es un libro experimental, que presenta una configuración hetereogénea que no es casualidad, ¿un texto existente o inexistente?, ¿se puede leer el Ulises sin manual de instrucciones?
Para ambos textos el planteo es la duda, la incomodidad que ambos textos generan, la imposibilidad de paralelos o de clasificación, son libros únicos que pasan a ser “el primero”, textos posteriores que se miren en ese espejo, serán eso: el reflejo de estos libros, considerados pioneros en sus propuestas.
En Ulises, desde el título de la obra se plantea una distorsión y un secreto a voces, la literatura siempre se está mirando a sí mismo, es una revolución que un libro con un nombre tan significativo como título constituya un texto único.
Del Finnegans Wake se dice que tiene el propósito de mantener en expectativa el diseño del lenguaje y en perplejidad a los críticos, también son particularidades que comparte con el Ulises. La presencia de este último no ha mellado la importancia del Finnegans Wake, por el contrario, la ha potenciado.
Por el momento, ambos textos son un desafío, el mejor para un lector persistente, el safari necesario para recabar los innumerables textos de ensayos, crítica, y comentarios que ha generado el Ulises es como abrevar en una fuente inabarcable.
El Ulises requiere de un interés sobre la obra que lo orbita, como método para no desperdiciar la propuesta, que a su vez, genera nuevas perspectivas.
El equivalente en literatura latinoamericana no parece haberse presentado, a lo sumo se puede indicar que hay un conjunto de textos de escritores latinoamericanos que arman el conjunto de estrategias discursivas y literarias que reúne el Ulises, sin embargo no es característica latina, sencillamente es una obra existente, y por lo tanto tendrá reflejos.
Sin embargo para el Finnegans Wake, no parece haber siquiera una teoría sobre su organización, o aspectos más complejos como el lenguaje, hay especulaciones y comentarios sobre lo que debería hacerlo existente.
En mi opinión, hasta que el Finnegans Wake no sea traducido en todos los idiomas, especialmente al español, no saldrá de ser inexistente, pero a su vez, entre sus características, parece, justamente la imposibilidad de traducirlo, la comprensión de las estrategias discursivas hace imposible una interpretación única.
Quizás, es un libro total, un libro que se abre en direcciones, en cada interpretación puede abrirse en una línea distinta, es casi la descripción de una red como la Internet, donde cada palabra se abre en diferentes temas, perspectivas, direcciones, medios.
El Finnegans Wake es un texto inexistente, así como la Internet es inexistente, comparte el ser virtuales.