El título de este comentario, es significativo, el lema del gobierno anterior ha sido literalmente interpretado por el actual presidente Macri, no se siente incluíio en los actos de sentimiento patriótico, no los alienta y por el contrario, parece realizar acciones para proscribirlos.

La situación es más bien clara, en cada ocasión de reunión del pueblo a las que la prensa no puede ponerle una etiqueta  K, serán desalentada, inhibida, evitada; está claro que el escrache al presidente Macri en cada ocasión de presentación pública, y sobre todo masiva, por lo tanto hará lo necesario para evitarla, incluso permitir que las imágenes como las que vemos, extraída de El País, se pasee por todo el mundo.

Al presidente Macri lo tiene sin cuidado su precaria aceptación internacional, perece creer que la única válida, la que le dio Obama en su visitas, es la única que importa; el costo está claro, le pagó tributos de imperio al país del norte y está en franca campaña de destrucción de la industria local, y toda posibilidad económica que le permita al país no caer en el colonialismo; nos vendió como clientes para todo tipo de productos importados desde el país del norte, a precios insólitos, del mismo modo que negocia insumos y servicios a precio de peso en oro, echando a un lado los convenios logrados gracias al Mercosur, que ahora desestima para facilitar tratos por costos en varios ceros superiores a los logrados por el gobierno anterior.

Bajo la frase “no queremos ser Venezuela”, ideología falsa con la que intenta justificar las tropelías con que las empresas ahora pueden esclavizar a sus empleados, despedirlos, no pagarles los costos de despidos y todo tipo de tarifazo y devaluación.

La pregunta que nadie parece hacerse  es cómo es que el gobierno anterior, sin incurrir en deudas, negociaba servicios, ayudaba con subvenciones, tenía a raya a los precios, a los abusivos que comerciaban, a los intentos de las empresas de abusarse de los empleados.

Ella podía, Macri no. La idea es simple, Macri tiene que salir, Cristina Kirchner que entrar, por la simple lógica que el mismo Macri provee, él no puede hacerlo, ella sí.

Sin duda la historia dará cuenta de la única verdad evidente, los únicos que están ganando con la presidencia de Macri es el pillaje de las empresas que ahora tienen trabajo esclavo, como misma esposa de Macri fue denunciada.

Los que están en el gobierno, no ve amoral, ni poco ético la explotación, todos están incurriendo en el mismo delito, cómo lo van a encontrar inmoral, por el contrario, van en camino de encontrar el modo de legalizarlo.

Si hay algún indicador de que la Patria no es un concepto que Macri comprenda o le interese, es lo que ha pasado el 25 de Mayo, una fiesta pública, popular, a la que le puso cepo y desestimó.

En el razonamiento de  porqué cerró la plaza de Mayo, por qué él no estuvo presente en la fecha patria que históricamente ha único de los argentinos, la respuesta es clara: Macri tiene miedo de aparecer en público, sobre todo cuando podría haber una convocatoria masiva, bajo la comprensión que es un presidente de papel que está ahí escondido detrás de represores, y que en cada ocasión que aparece organiza un escenario de falsa complacencia, con discursos infantiles, que nunca contiene soluciones o alivio para el pueblo, que tira consignas que parecen burlas, como por ejemplo la promesa a los jubilados de un aumento, que además de repartirlos por años, sin mencionar que la inflación se comerá en el mismo tiempo cualquier promesa, no hace más que tirar migas, que no llenan ni el buche de un pajarito para fingir que piensa en la gente.

El costo de cada aparición en público del presidente es un escrache. Por ello, cada vez necesita controlar el entorno o desaparecerlo, cerró la plaza de mayo para el pueblo lo que simbólicamente implica que cerró el acceso del gobierno para el pueblo.

El mundo observa sorprendido.

No dejamos de observar también que las centrales obreras miran para otro lado, se la pasan en discursos y disculpando al presidente, queda claro para todos que están convenientemente “abonados” a los negocios del presidente.

El pueblo está acéfalo, huérfano, una olla a presión al que el presidente le suma fuego en cada discurso.